Ayer publicábamos una importante noticia sobre que YOIGO utilizará la cobertura de Movistar desde el 1 de Junio, mantenimiento el acuerdo (y contrato) actual con Vodafone para las zonas donde aún no llegó la Red de YOIGO, lo que parece complicado de entender.
Veamos si lo entendemos mejor, agrupando toda la información que tenemos al respecto en estos momentos, apenas unas horas después del anuncio:
- Según publica Expansión,
se trata de una operación con importantes implicaciones económicas y empresariales, ya que en la práctica supone desplazar a Vodafone como proveedor de red de Yoigo, a pesar de que ambas empresas se encuentran ligadas por un contrato que, según la filial española del grupo británico, no sólo no se ha roto, sino que sigue teniendo vigencia para los próximos tres años.
Para superar este escollo, es probable que Yoigo se sirva, paradójicamente, de la cláusula que le obliga a garantizar una utilización mínima de la red de Vodafone. Es decir, la filial de TeliaSonera se limitaría a cumplir los mínimos acordados y desviaría el grueso de su tráfico a través de las redes móviles de Telefónica.
Para Yoigo, las ventajas son tanto económicas como tecnológicas. Por un lado, un precio por minuto más barato, según asegura la propia compañía y, por otro, la posibilidad de utilizar las dos redes de Movistar: GSM y UMTS/3G –con Vodafone sólo tenía acceso a la red GSM–, lo que le permitirá poner el acento en la oferta de servicios móviles de datos, una de las áreas que más está creciendo en el sector.
- Según publica El País,
La compañía de telefonía móvil sueca firmó a finales de 2006 un acuerdo con la británica que le aseguraba la cobertura nacional hasta noviembre de 2011 mientras desplegaba su propia red de antenas. Ahora ha firmado un acuerdo muy similar con Telefónica para utilizar su red a partir de junio.
Ambos acuerdos son, en teoría, compatibles porque no había cláusula de exclusividad pero supone en la práctica un duro golpe para Vodafone, porque todo el tráfico que se genere en las redes de tercera generación, se desviarán hacia la red de Telefónica en los próximos cinco años, la vigencia del acuerdo.
Se estima que los ingresos que dejará de percibir Vodafone y que irán a parar a su rival por el alquiler de la red serán de 300 millones de euros. No obstante, Vodafone seguirá gestionando un tráfico mínimo.
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